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Cómo seleccionar y entrenar a un perro guía para personas con discapacidad intelectual y visual

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Introducción

Los perros guía son una de las formas más útiles en las que los perros pueden ayudar a las personas con discapacidad visual e intelectual. Estos perros entrenados pueden hacer una gran diferencia en la vida de alguien que necesita apoyo para moverse, navegar y realizar tareas cotidianas. Seleccionar y entrenar a un perro guía es un proceso complejo que requiere mucha paciencia, dedicación y compromiso. En este artículo, veremos cómo seleccionar y entrenar a un perro guía para una persona con discapacidad visual e intelectual desde el principio hasta el final.

Selección de un perro guía

El proceso de selección de un perro guía para una persona con discapacidad visual e intelectual es crucial para garantizar una adecuada empatía y conexión entre el perro y la persona. La elección debe incluir una evaluación extensa del perro y la persona. Un perro guía adecuado para una persona con discapacidad visual e intelectual debe ser capaz de realizar varias tareas, incluyendo ayudar a la persona a caminar y cruzar calles. También debe estar dispuesto a trabajar y ser amigable con extraños. Al seleccionar un perro guía, es decir, un Labrador Retriever, Golden Retriever o Pastor Alemán, se tienen en cuenta su físico, temperamento y comportamiento final. Los perros deben estar completamente entrenados, protegidos por el seguro veterinario y con las pruebas necesarias proporcionadas para cuestiones hereditarias.

Físico

La raza de un perro guía debe tener un físico apto para la tarea. Esto significa tener la fuerza y el tamaño necesarios para ayudar a alguien a caminar, pero también la agilidad para navegar estrechas calles peatonales y subir y bajar escaleras. Los perros seleccionados deben tener un peso adecuado para garantizar que estén en óptimas condiciones. El perro guía no debe ser ni muy delgado ni muy robusto. Los perros guía también deben tener una buena vista, un olfato agudo y buen oído para detectar peligros inminentes.

Temperamento

Un perro guía también debe tener un temperamento adecuado. Esto significa que el perro no debe ser demasiado tímido, miedoso o agresivo. Un perro guía debe ser cariñoso, amigable y fácil de entrenar. Una personalidad reservada puede ser útil pero un perro tímido no será capaz de trabajar específicamente con una persona con discapacidad visual e intelectual. Los perros con demasiado miedo o demasiado agresivos no son adecuados para el trabajo.

Comportamiento final

La capacidad de un perro guía para llevar a cabo tareas específicas es esencial. Un perro guía debe estar dispuesto a realizar tareas sin dudar. Los perros que se distraen fácilmente o que no están dispuestos a trabajar no son adecuados como perros guías. También es importante tener en cuenta la forma en que el perro reacciona a los demás perros y a otros animales.

Entrenamiento para un perro guía

El entrenamiento de un perro guía debe ser riguroso y prolongado. El entrenamiento comienza cuando el perro es solo un cachorro, y puede llevar varios meses antes de que el perro esté listo para trabajar en una situación real. Durante el proceso de entrenamiento se siguen unos simples pasos:

La fase de Socialización

Durante esta fase, el perro aprende a convivir en sociedad y reconocer los diferentes tipos de estímulos con los que se puede encontrar. Es la fase básica del perro, que comienza a los tres días de edad cuando empieza a abrir los ojos. Desde ese momento y hasta las ocho semanas de edad, el perro se alimenta de los estímulos que le llegan desde su entorno. El periodo de socialización es muy importante tanto para la comunicación como para evitar que el perro tenga malos comportamientos.

Fase de obediencia

El perro debe ser capaz de comprender varias órdenes para poder ser un buen perro guía. Durante esta fase, el entrenador enseña al perro a seguir comandos básicos como "siéntate" y "ven". También debe ser capaz de trabajar con una correa y reconocer las señales de tráfico.

Fase de orientación

La orientación es una de las habilidades más importantes que debe tener un perro guía. El perro debe poder guiarse a sí mismo y a su dueño. También debe estar familiarizado con la zona donde trabajará.

Fase de entrenamiento en la movilidad

En esta fase, el perro debe aprender a reconocer peligros en el camino. También debe poder liderar a su dueño a través de la multitud, conducirlos cruzando carreteras y combatir obstáculos como cableado colgando de postes de luz. El perro debe llevar un arnés estándar y debe guiar a su dueño sin ayuda ni distracción.

Resultados y evaluación

Después de completar el proceso de selección y entrenamiento, es importante evaluar si el perro guía está listo para trabajar con una persona con discapacidad visual e intelectual. El perro guía debe ser capaz de realizar todas las tareas necesarias sin errores y ser capaz de liderar a su dueño de manera segura y efectiva. Se puede hacer una prueba de movilidad para evaluar el perro y evaluar si es adecuado para trabajar en un ambiente concurrido y publcituado.

Conclusión

En resumen, la selección y entrenamiento de un perro guía para una persona con discapacidad visual e intelectual puede llevar mucho tiempo y esfuerzo. La elección adecuada del perro es crucial y el entrenamiento debe ser riguroso y prolongado. Sin embargo, el resultado final puede marcar una gran diferencia en la vida cotidiana de la persona y brindarle independencia y seguridad. Si está buscando un perro guía, asegúrate de contactar una organización local de perros guías para obtener más información sobre cómo comenzar este proceso.